miércoles, 31 de julio de 2013

Antoine de Saint-Exupéry se fue al Asteroide B 612 hace hoy 69 años.

“De niño sus hermanos lo llamaban “Tonio”. En el colegio lo llamaban “Pique la luna”, pincha la luna, por su nariz respingona y su mirada siempre perdida entre las nubes. Los pobladores del desierto lo llamaban “el comandante de los pájaros”, porque iba veloz como una flecha por el cielo con sus aviones. Consuelo, su esposa, lo llamaba “Pez volador”, “Tonnio”, “Papú”, porque lo amaba y le gustaba ponerle muchos nombres diferentes. Él se definia “campesino de las estrellas”, Porque se sentía habitante de un planeta errante suspendido en la Vía Láctea. Su nombre de bautismo es Antonie de Saint-Exupery, aunque ahora muchos lo conocen como El Principito”.


Contraportada de “Antoine de Saint-Exupéry en busca del Principito…”, de Bimba Landmann.


“… un día Tonio dejó de escuchar cuentos para escuchar los motores de los primeros aviones que retumbaban en el cielo (…)
Cuando pasan a pocos metros sobre su cabeza siente un estallido de placer en su barriga (…) Tonio ya no sueña con dos alas pegadas a su espalda, sino con subir a una de esas máquinas voladoras (…) Ahora el correo no viaja solo por mar, para alcanzar otros continentes, y se necesitan pilotos.
Es así que Tonio vuelve a volar para transportar cartas entre Francia y África. Llega a ser incluso responsable de una escala en Marruecos, en pleno desierto (…)
En los vientres de los aviones hay muchas cartas valiosísimas.
Cartas que no hablan solo de trabajo, sino de sentimientos.
De nostalgias.
De dolores.
De alegrías.
Palabras confiadas a él para que alcancen su destino (…)
Es fácil hacerse amigo de los niños. ¡Ellos no tienen miedo de acercarse a ese hombre blanco que lleva siempre en el bolsillo un poco de chocolate!
Con los adultos, en cambio, debe tener más paciencia. Debe vencer poco a poco su desconfianza, aprender el árabe, enseñar sus máquinas voladoras (…)
“Mi papel aquí es domesticar. Me gusta, es una bonita palabra” escribe a la madre (…) Antoine inspecciona algunas rutas, busca otras nuevas.
Gana bien, pero no es feliz. ¿Qué le falta a los 29 años? ¿Tal vez una rosa a quien amar?
Sí, una rosa de nombre Consuelo. Es pequeña como una niña y cuenta historias magníficas. La conoce una noche en casa de unos amigos, en Buenos Aires. Antoine se enamora al instante, y esa misma noche la lleva a volar sobre la ciudad, para enseñarle las estrellas, hablarle de su alma viajera, para ofrecerle todo, enseguida: su corazón, su nombre, su vida.
“Consuelo… Tienes unas manos tan bonitas… Las querría tener solo para mí”.


(Fragmentos del libro de Bimba Landmann).



No voy a decir nada nuevo de "El principito" que no se haya dicho ya, solo que lo releí hace poco y descubrí muchas de las cosas que no entendí cuando lo leí de pequeño: su enorme simbología, su gran fantasía, su riqueza de contenido (la vida, la muerte, la amistad, el amor...).
Tuve, además, la enorme suerte de participar en una Merienda Compartida del Coworking "La Cooperativa" de Cádiz -http://www.lacooperativacb.es/-, con la Charla "Vivir del Cuento 2.0: Animación a la lectura, blogs y clubes literarios", en donde, además de una entretenida reunión entre amigos, pudimos disfrutar de una enriquecedora lectura grupal de alguno de los fragmentos de "El Principito", y posterior reflexión.




Decía Robert McKee que "nos sentimos atraídos por las historias que desvelan experiencias humanas y universales. Porque entre esos personajes y conflictos, entre la sorpresa de lo exótico o lo extraño, hallamos nuestra propia humanidad".
El Principito se merece por eso, y por mucho más, un puesto de honor en los clásicos de la literatura de todos los tiempos, infantil, juvenil y de adultos; sin duda. Desde aquí, nuestro pequeño homenaje a su obra maestra.

EL PRINCIPITO.
Texto e ilustraciones de Antoine de Saint-Exupéry. 

1
“…Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas, y es agotador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones… No es por mi culpa. Las personas grandes me desalentaron de mi carrera de pintor cuando tenía seis años y solo había aprendido a dibujar las boas cerradas y las boas abiertas… Necesité mucho tiempo para comprender de dónde venía. El principito, que me acosaba a preguntas, nunca parecía oír las mías (…) Cuando vio mi avión por primera vez (…), me preguntó: -¿Qué es esta cosa? -No es una cosa. Vuela. Es un avión. Es mi avión. Y me sentí orgulloso haciéndole saber que volaba. Entonces exclamó: -¿Cómo? ¿has caído del cielo? -Sí –dije, modestamente. -¡Ah! ¡qué gracioso!... Me gusta la caja que me has regalado porque de noche le servirá de casa. -Seguramente. Y si eres amable te daré también una cuerda para atarlo durante el día. Y una estaca. La proposición pareció disgustarle al principito: -¿Atarlo? ¡Qué idea tan rara!...”


2
“… Si decís a las personas grandes: “He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo…”, no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles: “He visto una casa de cien mil francos”. Entonces exclamarán: “¡Qué hermosa es!”. Si les decís: “La prueba de que el principito existió es que era encantador, que reía, y que quería un cordero. Querer un cordero es prueba de que existe”, se encogerán de hombros y os tratarán como a un niño. Pero si les decís: “El planeta de donde venía es el asteroide B612”, entonces quedarán convencidos y os dejarán tranquilos sin preguntaros más. Son así. Y no hay que reprocharles. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas grandes… …Mi amigo jamás daba explicaciones. Quizá me creía semejante a él. Pero yo, desgraciadamente, no sé ver corderos a través de las cajas. Soy quizá un poco como las personas grandes. Debo haber envejecido…”


3
-¿Sabes?... Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol… -¿Estabas, pues, verdaderamente triste el día de las cuarenta y tres veces? El principito no respondió… …Me miró estupefacto. -¡De cosas serias! Me veía con el martillo en la mano y los dedos negros de grasa, inclinado sobre un objeto que le parecía muy feo. -¡Hablas como las personas grandes! Me avergonzó un poco. Pero, despiadado, agregó: -¡Confundes todo!... ¡Mezclas todo! Estaba verdaderamente muy irritado, sacudía al viento sus cabellos dorados. -Conozco un planeta donde hay un señor carmesí. Jamás ha aspirado una flor. No ha hecho más que sumas y restas. Y todo el día repite como tú: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”. Se infla de orgullo. Pero no es un hombre; ¡es un hongo!...”


4
“…No sabía que para los reyes el mundo está muy simplificado. Todos los hombres son súbditos… …-Hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer –replicó el rey–. La autoridad reposa, en primer término, sobre la razón. Si ordenas a tu pueblo que vaya a arrojarse al mar, hará una revolución. Tengo derecho a exigir obediencia porque mis órdenes son razonables… …-Te juzgarás a ti mismo –le respondió el rey–. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio… …Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos no oyen sino las alabanzas… …-Cositas doradas que hacen desvariar a los holgazanes. ¡Pero yo soy serio! No tengo tiempo para desvariar. -¡Ah! ¡Estrellas! -Eso es. Estrellas. -¿Y tú qué haces con quinientos millones de estrellas? -Quinientos un millones seiscientas veintidós mil setecientas treinta y una. Yo soy serio, soy preciso. -¿Y qué haces con esas estrellas? -¿Qué hago? -Sí. -Nada. Las poseo…”
5
“…-Tal vez este hombre es absurdo. Sin embargo, es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Por lo menos su trabajo tiene sentido. Cuando enciende un farol es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga el farol, hace dormir a la flor o a la estrella. Es una ocupación muy hermosa… …-Es la consigna –respondió el farolero–. Buenos días. -¿Qué es la consigna? -Apagar el farol. Buenas noches. Y volvió a encenderlo. -Pero, ¿por qué acabas de encenderlo? -Es la consigna –respondió el farolero. -No comprendo –dijo el principito. -No hay nada que comprender –dijo el farolero–. La consigna es la consigna. Buenos días. Y apagó el farol… …Éste, se dijo el principito mientras proseguía su viaje a más lejos, éste sería despreciado por todos los otros (…) sin embargo, es el único que no me parece ridículo. Quizá porque se ocupa de una cosa ajena a sí mismo…”
6
“…-No anotamos las flores –dijo el geógrafo. -¿Por qué? ¡Es lo más lindo! -Porque las flores son efímeras. -¿Qué significa “efímera”? -Los libros de geografía (…) nunca pasan de moda (…) escribimos cosas eternas (…) Lo que cuenta para nosotros es la montaña. La montaña no cambia. -Pero, ¿qué significa “efímera”? (…) -Que está amenazado por una próxima desaparición (…) Mi flor es efímera, pensó el principito, ¡y solo tiene cuatro espinas para defenderse contra el mundo! ¡Y la he dejado totalmente sola en mi casa! (…) -¿Qué me aconsejáis que vaya a visitar? –preguntó. -El planeta Tierra –le respondió el geógrafo–. Tiene buena reputación… Y el principito partió pensando en su flor…”


7
“…La Tierra no es un planeta cualquiera. Se cuentan allí ciento once reyes (sin olvidar, sin duda, los reyes negros), siete mil geógrafos, novecientos mil hombres de negocios, siete millones y medio de ebrios, trescientos once millones de vanidosos, es decir, alrededor de dos millones de personas grandes. Para daros una idea de las dimensiones de la Tierra os diré que antes de la invención de la electricidad, se debía mantener, en el conjunto de seis continentes, un verdadero ejército de cuatrocientos sesenta y dos mil quinientos once faroles… …-Con los hombres también se está solo –dijo la serpiente. El principito la miró largo tiempo: -Eres un animal raro –le dijo, al fin–. Delgado como un dedo… -Pero soy más poderoso que el dedo de un rey (…) A quien toco lo vuelvo a la tierra de donde salió –dijo aún–. Pero tú eres puro y vienes de una estrella (…) -Estoy solo…, estoy solo…, estoy solo –respondió el eco. -¡Qué planeta tan raro! –pensó entonces–. Es seco, puntiagudo y salado. Y los hombres no tienen imaginación. Repiten lo que se les dice…”


8
“…Y se sintió muy desdichado. Su flor le había contado que era la única de su especie en el universo. Y he aquí que había cinco mil, todas semejantes, en un solo jardín. -Se sentiría vejada si viera esto –se dijo–; tosería enormemente y aparentaría morir para escapar al ridículo. Y yo tendría que aparentar cuidarla, pues, si no, para humillarme a mí también, se dejaría verdaderamente morir (…) “Me creía rico con una única flor y no poseo más que una rosa ordinaria (…) Realmente, no soy un gran príncipe”. Y, tendido sobre la hierba, lloró (…) -¿Qué significa “domesticar”? -Los hombres– dijo el zorro –tienen fusiles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas? -No –dijo el principito–. Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”? -Es una cosa demasiado olvidada (…) Significa “crear lazos” (…) Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas (…) Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo… -Empiezo a comprender –dijo el principito–. Hay una flor… Creo que me ha domesticado…”
9
“…-¡Por favor…, domestícame! –dijo. -Me gustaría– respondió el principito–, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas. -Solo se conocen las cosas que se domestican –dijo el zorro–. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame! -¿Qué hay que hacer? –dijo el principito. -Hay que ser paciente –respondió el zorro–. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca (…) Los ritos son necesarios (…) Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días; una hora, de las otras horas (…) Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida: -¡Ah! –dijo el zorro–. Voy a llorar. -Tuya es la culpa (…) No deseaba hacerte mal, pero quisiste que te domesticara (…) Entonces, no ganas nada. -Gano –dijo el zorro–, por el color del trigo (…) Ve y mira nuevamente las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto…”


EL SECRETO
-Adiós –dijo. -Adiós –dijo el zorro–. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. -Lo esencial es invisible a los ojos –repitió el principito, a fin de acordarse. -El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. -El tiempo que perdí por mi rosa… -dijo el principito, a fin de acordarse. -Los hombres han olvidado esta verdad –dijo el zorro–. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa. -Soy responsable de mi rosa… -repitió el principito, a fin de acordarse.


10
“…-Clasifico a los viajeros por paquetes de mil –dijo el guardaagujas–. Despacho los trenes que los llevan, tanto hacia la derecha como hacia la izquierda (…) -Llevan mucha prisa –dijo el principito–. ¿Qué buscan? -Hasta el hombre de la locomotora lo ignora (…) Nadie está nunca contento donde está –dijo el guardaagujas (…) no persiguen absolutamente nada (…) Ahí dentro duermen o bostezan. Solo los niños aplastan sus narices contra los vidrios. -Solo los niños saben lo que buscan –dijo el principito–. Pierden tiempo por una muñeca de trapo y la muñeca se transforma en algo muy importante, y si se les quita la muñeca, lloran… -Tienen suerte –dijo el guardaagujas (…) Era un mercader de píldoras especiales que aplacan la sed. Se toma una vez por semana y ya no se siente necesidad de beber (…) Es una gran economía de tiempo (…) Se ahorran ciento cincuenta y tres minutos por semana. -Yo –se dijo el principito–, si tuviera ciento cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría tranquilamente hacia una fuente (…) Porque nos vamos a morir de sed (…) Es bueno haber tenido un amigo, aun si vamos a morir. Yo estoy muy contento de haber tenido un amigo zorro (…) Es absurdo buscar un pozo, al azar, en la inmensidad del desierto…”

11
“… -Lo que embellece al desierto es que esconde un pozo en cualquier parte (…) -Sí –dije al principito–; ya se trate de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que los embellece es invisible (…) Lo tomé en mis brazos y volví a ponerme en camino (…) Me parecía cargar un frágil tesoro (…) Lo que veo aquí es solo una corteza. Lo más importante es invisible (…) Lo que me emociona tanto en este principito dormido es su fidelidad por una flor, es la imagen de una rosa que resplandece en él como la llama de una lámpara (…) Es necesario proteger a las lámparas; un golpe de viento puede apagarlas (…) -Los hombres –dijo el principito– se encierran en los rápidos pero no saben lo que buscan (…) No vale la pena (…) -¿Oyes? –dijo el principito–. Hemos despertado al pozo y el pozo canta (…) Los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín y no encuentran lo que buscan… -No lo encuentran –respondí. -Y, sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua (…) Pero los ojos están ciegos, es necesario buscar con el corazón


12
“…Me acordaba del zorro. Si uno se deja domesticar, corre el riesgo de llorar un poco (…) -Estoy contento de que hayas encontrado lo que faltaba a tu máquina. Vas a poder volver a tu casa (…) Yo también hoy vuelvo a mi casa (…) Es mucho más lejos… Es mucho más difícil… Sentí que estaba ocurriendo algo extraordinario. Lo estreché en mis brazos como a un niño, y sin embargo, me pareció que se escurría verticalmente hacia un abismo sin que pudiera hacer nada por retenerlo… Tenía la mirada serie, perdida muy lejos (…) -Lo que es importante, eso no se ve. -Ciertamente. -Es como con la flor. Si amas a una flor que se encuentra en una estrella, es agradable mirar el cielo por la noche. Todas las estrellas están florecidas (…) Es como el agua , la que me has dado a beber era como una música (…) era dulce (…) Por la noche, mirarás las estrellas. No te puedo mostrar dónde se encuentra la mía, porque mi casa es muy pequeña. Será mejor así. Mi estrella será para ti una de las estrellas. Entonces te agradará mirar todas las estrellas… Todas serán tus amigas. Y luego te voy a hacer un regalo…”


EL REGALO.
“…-¡Me gusta oír tu risa! -Precisamente, será mi regalo… Será como con el agua… -¿Qué quieres decir? -Las gentes tienen estrellas que no son las mismas. Para unos, los que viajan, las estrellas son guías. Para otros, no son más que lucecitas. Para otros, que son sabios, son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas no hablan. Tú tendrás estrellas como nadie las ha tenido (…) Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reír! Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. Serás siempre mi amigo. Tendrás deseos de reír conmigo (…) Tus amigos se asombrarán al verte reír mirando al cielo. Entonces les dirás: “Sí, las estrellas siempre me hacen reír”, y ellos te creerán loco (…) Será como si te hubiera dado, en lugar de estrellas, un montón de cascabelitos que saben reír (…) -Parecerá que sufro (…) no vengas a verlo, no merece la pena… -No me separaré de ti (…) -¿Sabes?, será agradable. Yo también miraré las estrellas (…) Todas las estrellas me darán de beber (…)



Es allá. Déjame dar un paso, solo (…) No hubo nada más que un relámpago amarillo cerca de su tobillo. Quedó inmóvil un instante. No gritó. Cayó suavemente, como cae un árbol. En la arena, ni siquiera hizo ruido (…) Han pasado ya seis años (…) Ahora me he consolado un poco. Es decir…, no del todo. Pero sé que verdaderamente volvió a su planeta (…) Y por la noche me gusta oír las estrellas. Son como quinientos millones de cascabeles (…) Me pregunto “¿qué habrá pasado en el planeta? Quizá el cordero se comió la flor…”. A veces me digo “¡claro que no! El principito encierra todas las noches la flor bajo un globo de vidrio y vigila bien a su cordero” (…) A veces me digo: “… una noche el principito olvidó el globo de vidrio o el cordero salió silenciosamente… ¡Entonces los cascabeles se convierten en lágrimas!...


¿FIN?
Es un gran misterio. Para vosotros, que también amáis al principito, como para mí, nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, sí o no a una rosa… -Mirad al cielo. Preguntad: ¿el cordero, sí o no, se ha comido la flor? Y veréis cómo todo cambia… ¡Y ninguna persona grande comprenderá jamás que tenga tanta importancia!”.


(Fragmentos de "El Principito", de Antoine de Saint-Exupéry).

X Mini maratón de Herencia 2013

El X mini maratón de cuentos y rastrillo de las artes tendrá lugar el 3 de agosto

HERENCIa MARATN Cuentos g 327x465 El X mini maratón de cuentos y rastrillo de las artes tendrá lugar el 3 de agosto
Herencia Cuenta. X Minimaratón de cuentos y rastrillo de las artes
El parque Municipal de Herencia acogerá el X Mini Maratón de Cuentos y Rastrillo de las Artes ” Herencia Cuenta” el próximo 3 de agosto a partir de las 20:30 horas, actividad organizada por el Ayuntamiento a través del área de Juventud y la Biblioteca Municipal Miguel de Cervantes.
Como cuenta la concejal de Juventud, Lola Fernández, “durante una noche, jóvenes artesanos de la localidad y de la comarca podrán poner a la venta sus productos realizados de forma artesana: Cuero, abalorios, marionetas, objetos realizados con alambre, fimo, etc”.
Los niños pueden participar en los distintos talleres, y además “contaremos con un mercadillo del trueque gracias a la colaboración del Banco del tiempo”, añade la concejala.
Todo esto estará aderezado con el Mini Maratón de Cuentos, donde todas las personas que se atrevan (niños, jóvenes, adultos…) podrán participar contando cuentos, historias, fábulas….
Las personas que estén interesadas en participar, pueden contactar con el área de Juventud, en la calle Convento, 2 y en el teléfono 926 571700, para el rastrillo de artes; y con la biblioteca, en la calle Lope de Vega,35 , en el teléfono 926 573696. O bien contactar con los correos electrónicos juventud@herencia.es y biblioteca@herencia.es .
Vía: nota de prensa oficial del gabinete de prensa del Ayuntamiento de Herencia.

martes, 30 de julio de 2013

Por qué los perros viven menos que las personas.

Siendo un Veterinario, fui llamado para examinar a un Sabueso Irlandés de 10 años de edad llamado Belker. Los dueños del perro, un matrimonio y su pequeño, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando un milagro.
Examiné a Belker y descubrí que estaba muriendo de Cáncer. Les dije a su familia que no podíamos hacer ya nada por Belker, y me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.
Hicimos los arreglos necesarios, el matrimonio dijeron que sería buena idea que el niño de 6 años, observara el suceso. Ellos sintieron que el podría aprender algo de la experiencia.
Al día siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando el niño fue rodeado por la familia. se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.
El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad o confusión. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué de el lamentable hecho de que la vida de las mascotas sea mas corta que la de los humanos.
el niño , que había estado escuchando atentamente, dijo: "yo sé porqué."
Sorprendidos, todos lo miraron . Lo que dijo a continuación me maravilló, nunca he escuchado una explicación mas reconfortante que ésta. Este momento cambio mi forma de ver la vida.
Él dijo: "la gente viene al mundo para poder aprender como vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, ¿verdad?"
"Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como nosotros."
Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:
-Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.
-Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
-Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro Éxtasis.
-Toma siestas.
-Estírate antes de levantarte.
-Corre, brinca y juega a diario.
-Mejora tu atención y deja que la gente te toque.
-Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.
-En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto.
-Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.
-Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.
-Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
-Sé leal.
-Nunca pretendas ser algo que no eres.
-Si lo que quieres está enterrado, escarva hasta que lo encuentres.
-Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estás ahí. 
DESCONOCIDO (tomado de facebook).

Para mi Dante, que no me digáis que no es una ricura...



viernes, 26 de julio de 2013

Descorchando aquella botella.



Me he encontrado esto, en este baúl tan extraño, recuerdo la historia…

   El abuelo conoció a la abuela en un momento extraño de su vida. La abuela, como bien se sabe, es bastante creyente en la religión cristiana, hasta tal punto, que estaba de camino para internarse en aquel convento del pueblo. No se sabe bien lo que ocurrió, pero el abuelo vio a la abuela, y como buen manchego, la señaló y exclamó: -Esa pos’ pa’ mí.
Ese mismo día, el abuelo, tiró la casa por la ventana e invitó a la abuela a una botella de vino. En la primera copa, el abuelo le contó lo poco que sabía de la vida. En la segunda copa, la abuela lo entendió. La tercera copa se desvaneció la idea de hacerse monja.



   Y es así la vida, como este corcho ha pasado de unxs a otrxs, siendo guardado de esta manera, para recordarnos la historia de como un destino no está escrito, como podemos estar aquí por el amor intenso de un momento, de unas miradas de jóvenes atrevidos y como la botella es el florero extraño encima de aquella televisión vieja en casa de la abuela. 

Rosalía
Cualquier parecido a la realidad, es pura coincidencia... 

[Un ejercicio del curso, consistió en coger un objeto de una especie de baúl e inventar un relato corto, esta es la versión que realicé sobre un corcho de una botella de vino. ]


lunes, 22 de julio de 2013

Pepa Robles. Cuento cantado "El gusano mú mú sano"...

¡¡Fantástica!!

Gracias por la recomendación, Juan.

Florecen los libros.

He estado buscando un enlace con información sobre lo que nos contó Ana (Herencia) del Mercadillo de Puestos de Artesanía y de la Narración de cuentos para adultos y niños el 3 de Agosto, pero no he encontrado nada (solo he buscado en google y por encima, la verdad); con intención de subir el enlace, pero, en su defecto, he visto la iniciativa que organizaron desde su biblioteca para la Celebración del Día del Libro, y la verdad es que me ha encantado, por eso os pongo el enlace aquí, y os animo a que pongáis las cosas que hicísteis vosotras desde vuestras biblios... ¡Venga! ¡Animaos! ¡Vamos a darle vidilla a esto!

http://herencia.net/2013-04-23-hoy-florecen-los-libros-en-herencia/

Hoy florecen los libros en Herencia

Brotes de palabras 465x406 Hoy florecen los libros en Herencia
Brotes de palabras
Como todos los años volvemos a traer a colación los motivos que llevaron a la UNESCO a elegir un 23 de abril, como uno de los días, que a la postre, se convertiría en uno de los más señalados del calendario mundial, un día simbólico para la literatura y simbólico para las letras pues la coincidencia quiso que en ese día, en 1616, fallecieran tres de los grandes maestros de la palabra escrita Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el poeta Garcilaso de la Vega, El Inca.
fallacoplada. Raquel Aparicio 202x300 Hoy florecen los libros en HerenciaSon ya 18 años de celebración, aunque parece que la fiesta de los libros nos ha estado acompañándonos toda la vida, (hecho que por otro lado es cierto para todas aquellas personas que los sentimos como parte de nuestro camino), pero es precisamente hoy, cuando su celebración consigue la mayoría de edad. A esta circunstancia, este año se le une otra peculiaridad y es que en esta ocasión encontramos encuadrado este día dentro de la Semana de Acción Mundial 2013 sobre Educación para Todos (21-27 de abril) que lanza la UNESCO, y que nos ayuda a entender las palabras con que su Directora General da la bienvenida a este 23 de abril
«El libro, en cada una de sus formas, es un instrumento precioso que contribuye a la educación y a difundir la cultura y la información. La diversidad de libros y de contenidos es una fuente de enriquecimiento que debemos hacer efectiva mediante políticas públicas adaptadas, luchando contra la uniformización cultural.»
Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO,
con motivo del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, 23 de abril de 2013
Durante todos estos años, son muchas las agrupaciones, organizaciones e instituciones que se han sumando fervientemente a su celebración y homenaje a través de diferentes actos e iniciativas como la celebrada desde el año 2000 con la elección de la Capital Mundial del Libro, que este año recae en la ciudad de Bangkok. Así, desde Herencia también son varias las iniciativas que nos acompañan todos los años, como la ya famosa y esperada Semana de la Biblioteca, que a través de sus concursos, premios, juegos, cuentacuentos, encuentros de autor, talleres de animación a la lectura y un largo etc., aprovechan la celebración de este día tan especial para acercar de una forma especial la casa de los libros, al público en general y al pueblo de Herencia en particular, o el tradicional Palabras a la Calle de la Asociación Barco de Colegas donde nos invitan, a través de pequeños textos ilustrados, a leer y descubrir nuevos libros y autores.
Ilustración de Mónica Carretero 216x300 Hoy florecen los libros en HerenciaEn esta ocasión, la Biblioteca Municipal de Herencia y la Asociación Cultural Barco de Colegas, han querido dar la bienvenida a este día de una forma simbólica, representando así la primavera de los libros, como el primer verdor de las lecturas que nos acompañaran el resto del año, y como no podía ser de otra forma en la Semana Mundial de la Educación para Todos, la forma elegida ha sido mostrar ese florecer de la vida a través de fragmentos de textos que brotan de árboles y plantas de la avenida  Alcázar, en ese camino que en Herencia nos lleva a la educación, y que en un día como hoy, más que nunca, se ha convertido en una auténtica avenida de las letras.
Sin duda, un homenaje al libro,  a los autores, y a la enseñanza, animando a todo el mundo, y en especial a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura.
Brotes de palabras2 465x320 Hoy florecen los libros en Herencia
Brotes de palabras

Complicidad.

Aún recuerdo el momento en que se abrió la puerta del vagón y apareciste, te sentaste junto a mi e inesperadamente nos encontrábamos viajando hacia la búsqueda de un mismo destino.
Tras recorrer varias estaciones la puerta del vagón se abrió y ella se sentó junto a nosotros, etérea, espiritual, imperceptible... recóndita... inusual... Bendita complicidad, ¿qué hubiese sido de aquel viaje sin ella?.
Y así los tres continuamos este largo y adverso viaje, colmado de buenos y peores momentos, de adversidades y de fatigas, de objetivos de que se van cumpliendo, pero con aquella seguridad que te reporta saber que puedes contar con alguien que viaja en tu mismo tren, en tu mismo vagón y en el asiento del al lado.

(por ROSA MARÍA FUENTES PATIÑO).

viernes, 19 de julio de 2013

PRESENTACIONES.

¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué traigo? ¿Qué puedo aportar?


JAVI.

Buenas preguntas. Yo llevo toda mi vida preguntándomelas.
            Yo también vengo de una biblioteca. Supongo. O venía.
            Estuve dos años de becario en la biblioteca de la Universidad de Córdoba. Antes, tres meses de prácticas en la de un Centro de Educación Permanente (en Chiclana, Cádiz); y otros tres meses en Padova (Italia) en una ludoteca-biblioteca con niños/as con riesgo de exclusión social, haciendo las prácticas del Módulo de Animación Sociocultural. Y después, dos años de interino en la Biblioteca Municipal de Daimiel (Ciudad Real).
            Ahora soy “co-worker freelance”. Lo que viene a ser parado, vamos. Que no ocioso. Intento aprovechar el tiempo todo lo que puedo, haciendo esas cosas que cuando trabajaba “no tenía tiempo” de hacer.
            Me fui de Daimiel en una decisión precipitada. Dejé la biblioteca por “motivos personales” (falta de entendimiento con la que entonces era mi jefa, ruptura de pareja, “crisis vital”, la de los 30 que me ha llegado con dos años de retraso); y porque en aquel momento sentí que tenía que dar un giro radical a mi vida. El tiro me salió por la culata, y la supuesta gran oportunidad que me esperaba se convirtió en un rotundo fracaso.
            Volví a mi tierra (Cádiz) después de años fuera, a casa de mi madre, con el rabo entre las piernas y la autoestima por los suelos.
            Ahora ando metido en varios proyectos relacionados con la educación, la cultura, las bibliotecas, los libros y las Nuevas Tecnologías.
            Vengo a este Curso de Narración Oral y de él espero aprender dinámicas, trucos, consejos y herramientas útiles para contar no solo cuentos.
            Traigo conmigo una pitufina de la que tengo que deshacerme por consejo terapeútico, la cabeza llena de pájaros, los pies demasiado lejos del suelo y muchas ideas arremolinadas y difusas que quiero sacar, darles forma y poder hacer de ellas mi nueva forma de vida.

ALGUNAS NOCIONES TEÓRICAS (las imprescindibles para empezar por el principio y terminar por el final).

Aproximación a las fórmulas tradicionales de inicio y final de los cuentos.
Por Juan Ignacio Pérez.
            Como tantos otros elementos de la tradición oral, las fórmulas de comienzo y cierre de cuentos, tan valoradas, se han visto afectadas por el paso del tiempo y, como consecuencia, por la debilitación de la memoria y los cambios de gustos e intereses. Así, las últimas recopilaciones de folclore narrativo las encontramos reducidas a su mínima expresión y, en los formatos contemporáneos del cuento oral, los narradores suelen prescindir de ellas al ejecutar sus repertorios, sobre todo cuando éstos van dirigidos a público adulto o están planteados de forma autobiográfica.
            Estas fórmulas, además de servir como pequeño divertimento de lenguaje, actúan como llaves metafóricas que abren y cierran un mundo paralelo de ilimitada elasticidad espacio-temporal, un universo en el que todo puede ocurrir y del que el narrador procura distanciarse con la pronunciación de determinadas palabras. Algo que nos conecta con épocas en las que, según cuentan, el relato, lo cotidiano y lo sobrenatural caminaban de la mano y que, en una secuencia de paralelismo evolutivo, parecen intuir sobre todo los más jóvenes, que entornan sus ojos, sellan sus labios y tensan sus orejas al oír alguna de estas expresiones.
            En la tradición oral hispánica, a pesar de lo dicho anteriormente y de que las circunstancias que se suelen dar en los estudios de campo no favorecen la total espontaneidad de los informantes, podemos encontrar cierta variedad de fórmulas de inicio y cierre de relatos, unas procedentes de la cadena oral y otras como resultado de la invención personal de cada narrador. A continuación incluiremos algunas de ellas, entresacadas de colecciones de cuentos tradicionales en lengua castellana y de investigaciones propias.
            Fórmulas de inicio.
            El empleo generalizado del pretérito imperfecto en las fórmulas básicas de inicio concede al cuento oral un valor poético añadido: Había una vez, Érase una vez, Una vez era, Esta vez era, Era vez que, Era vez y vez (y su variante gaditana Era posivé), Esto venía a ser, Dicen (cuentan, resulta) que había, Esto quería ser, Esto había de ser, Vivían una vez
            Con este uso se resalta la permanencia de los hechos en un pasado indeterminado y amplio, revistiéndolos de un halo de misterio ante el que no interesan aspectos como la fecha exacta de los acontecimientos, el momento y el lugar históricos o asuntos paratextuales  como quién fue el primer cronista o el recopilador del relato. Nos basta con saber que los extraordinarios hechos que se nos van a presentar sucedieron pero no acabaron, estando conectados aún con nosotros.
            Estas fórmulas fijas dominantes basadas en ese uso casi ritual del tiempo verbal se suelen ampliar y combinar de diversas formas:
·         A mí me contaron una vez que era
·         Una vez dicen que dijeron que había
·         Esta era una vez que había
·         Pues vamos a ver que dicen que había una vez
·         Cuentan que cuentan que me contaron
            En bastantes ocasiones los informantes se centran en aportar ambiguos datos geográficos:
·         En cierto pueblo
·         En un pueblecito de España
·         En cierto país ¡muy lejos, muy lejos!, que de lejos que era ya no me acuerdo ni dónde era
·         En la tierra del olvido, donde nadie se acuerda ya de nada
·         Allá, en un país muy lejano
·         En el sitio donde Cristo fue a dar las tres voces
·         Allá por donde san Pedro perdió el gorro
            … O temporales:
·         Hace mucho tiempo
·         En tiempos / En tiempos malos
·         En tiempos muy remotos
·         Esto ocurrió hace mucho tiempo, y así como me lo contaron a mí os lo cuento yo a vosotros
·         En cierta ocasión / Cierto día
·         En aquellos años en que se pasó muchísima hambre
·         Cuando Dios (JesuCristo y San Pedro) andaba por el mundo
·         Esto que os voy a contar sucedió hará cien años, más o menos
·         Hace ya muchísimos años
·         Cuentan que hace muchos siglos
·         Cuando los animales hablaban / Cuando los burros volaban, uno que lo vió me contó
·         En tiempos de Maricastaña
·         Allá por el año catapún
            Y también alternan estas fórmulas de contenido con el empleo de vocativos como Pues señor o Pues mira y otras llamadas de atención más elaboradas y personales que parecen recurrir conscientemente al atractivo  casi hipnótico del cuento oral:
·         ¡Vayan cuentos y vengan cuentos!
·         Cuento va y cuento viene, no te creas nada de lo que te cuenten
            Incluso en algunas ocasiones se hace una tímida referencia a los agentes del acto, los narradores:
·         Cuentan y no paran de contar
·         Cuentan los que lo vieron (yo no estaba, pero me lo dijeron)
·         Mi abuelo me contaba
·         Aquí estoy para contarle la historia
            Poco más utilizan los narradores tradicionales para iniciar un cuento. No olvidemos que lo que interesa es ir lo más pronto posible al grano, a la acción, para no perder la atención de la audiencia, de ahí que no se pierdan en descripciones o devaneos literarios tanto en el comienzo como en la narración propiamente dicha. Aunque…
            Fórmulas de final o cierre.
            … Como dicen que bien está lo que bien acaba, son muchísimos los narradores tradicionales que descuidan el inicio del relato pero que se esmeran en aportar un final atractivo; de ahí que esta segunda parte de nuestro trabajo vaya a resultar más generosa que la primera.
            Habrá que citar en primer lugar a quienes eligen finales sobrios:
·         Y así se acabó el cuento / Y se acabó
·         Ahí terminó la historia
·         Y así ya ha terminao
·         Así que esto pasao, ya se acabó mi cuento / Y con esto se acaba el cuento
·         Y nada más / Y no pasó nada más / Y ya no hay más
·         ¡Ea! / ¡Ea, ya está!
·         Y este cuento se ha acabado / Con que ya mi cuento se ha acabado / Y ya está el (mi) cuento acabado / Este es mi cuento acabao
·         ¡Y chache!
·         Hasta que este cuento se acabó
·         Y ese cuento sacaron
            Y luego partiremos de los conocidísimos colorín colorado y colorín colorete y de sus combinaciones básicas:
·         Colorín colorado, cuento acabado
·         Colorín colorado, este (mi) cuento se ha acabado
·         Colorín colorado, este cuento está acabado
·         Y el cuento colorado ya se ha acabado
·         Y este cuento colorao por mi boca se ha escapao
·         Asi que esto pasó, ya mi cuento se acabó
·         Y colorín colorete, el cuento se hizo cohete
·         Colorín colorao, colorín colorete, por el bocín salió un cohete
            A estas fórmulas, conocidas por todos, los narradores uelen añadir pequeñas rimas que pretenden provocar una sonrisa en el auditorio, sobre todo cuando este está compuesto de gente menuda:
·         Colorín colorao, cuentecito rematao, y el que no alce el culo se lo ha chamuscao. Yo, que lo alcé, no me lo chamusqué
·         Y ya está mi cuento acabado y mi culito chamuscado
·         Y a quien no levante el culo se le queda pegado
·         Y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete y por el portal siete
·         Cuento contao, cuento acabao, por la chimenea se va al tejao, y del tejao al pozo para que no lo escuche ningún mocoso
·         ¿Te ha gustao? Pues por eso te lo he contao
·         Y fue por un caminito y fue por otro y si este cuento te gustó, mañana te cuento otro
·         Y entra por el sano y sale por el roto, el que quiera que venga y me cuente otro
·         Y aquí se rompió una taza y cada quien para su casa
·         Y como dice don Crispín, este cuento llegó a su fin
·         Y aquí termina esta historia, más larga que una zanahoria
·         ¿Y el burro? Pues álzale el rabo y bésale el culo
·         Y se ahogó la zorra. Y ¡chachipiritorra!
            En algunas historias, sin embargo, lo más importante para quien narra es dejar claro que, a pesar de todos los avatares descritos, los protagonistas (que son, al fin y al cabo, con quienes nos identificamos) no han sufrido daños y tendrán un final feliz, o sea, una vida mucho más placentera que la narrada:
·         Y fueron (vivieron) felices
·         Vivieron felices por muchos años
·         Fueron felices hasta que murieron; Dios los tenga en su gloria, amén, Jesús
·         Y desde entonces fueron muy felices y dichosos
·         Y pasaron felices pascuas
·         Y así terminó el cuento, todos felices y contentos
            Este final feliz suele celebrarse, quizás para compensar el hambre imperante, con la mención de alimentos básicos como el pan, los ajos, el pimiento y los rábanos (tuertos y asados), aderezados con un poco de sal y alcaravea:
·         Y se acabó el cuento con ajo y pimiento
·         Con sal y pimiento se acabó el cuento
·         Y se acabó mi cuento con pan y rábano tuerto
·         Y ya se acabó el cuento con pan y pimiento y alcaravea para el que no lo crea
·         Y ya se ha acabado el cuento con pan y pimientos y rábanos asados, y el que esté de pie…
·         Y este cuento se ha acabado, de pan y pimiento y rábanos asados ¡y en el techo está colgado!
·         Y se acabó el cuento con pan y pimiento, y rábano asao para el que lo ha escuchao
·         Y se acabó el cuento con pan y pimiento. Se agarró la zapa al culo que esté sentado. Y se levantó, se achicharró. ¡Ea! Ya se acabó
·         Aquí se termina el cuento con miguillas de pan y rábanos tuertos para mañana almorzar
·         Y con esto y el cesto lleno con pan y pimientos y rabanillos tuertos se acaba este cuento
·         Y se acabó el cuento con pera y pimiento
·         Con pan y pimiento asado este cuento se ha acabado
·         Y se acabó el cuento con pan y pimiento y rabanillos tuertos
·         Y aquí se acabó el cuento con pan y pimiento y rábanos tuertos, y el que quiera más que vaya a mi huerto
·         Toma un poquito de alcaravea para que tú mañana lo veas
·         Y un granito de sal para acabarlos de engañar
            Aunque, si pueden permitirse un gran banquete, el plato principal, por exigencias de la rima, pasa de vegetal a animal, poniéndose en peligro la pervivencia de determinada ave:
·         Vivieron felices y comieron perdices
·         Se casaron, vivieron felices y comieron perdices, y a mí no me dieron porque no quisieron (porque no les dio la gana)
·         Y vivieron felices y comieron perdices, y a nosotros nos dieron con el plato en las narices
·         Y vivieron felices y comieron perdices, y a mí me dieron con los huesos en las narices
·         Y vivieron felices, comieron perdices y yono las comí porque no las quise
·         Y fueron felices, comieron perdices, y a mí me dieron las patas y no las quise
·         Comieron tantas perdices que se empacharon
·         Y vivieron muy felices. Se comieron, lo menos, media docena de perdices
·         Y ellos ya vivieron felices y comieron perdices y guardaron una patita para mí, y como no fui no la comí
·         Y todos comieron perdices y vivieron felices y contentos, y a mí me dieron un rábano tuerto
            Banquetes a los que determinados narradores, como vemos, parecen haber asistido, aunque con menos fortuna de la que quisieran:
·         Y yo fui y vine y no me dieron ni para unos botines, y fui otra vez y me dieron pluma y papel
·         Y yo fui y vine y me dieron los botines (patines) para los pies y en el camino los destrocé
·         Y yo fui y vine y solo me dieron para unos botines y, como eran de papel, por el camino los destrocé
·         Y yo vine y me dieron unos zapatos de papel para que en el camino lo pudiera yo ver
·         ¿Y qué me dieron? Unos zapatitos de afrecho; les soplé y se me fueron al techo
·         Y yo fui y volví y solo me dieron unos zapatos de manteca que se me derritieron por el camino
·         Y a mí me dieron un sebo, pero en el camino por donde venía se me derritió y llegué a casa sin nada
·         Ya no vi más porque me había hecho mi padre unas albarcas de manteca y como hacía mucho calor, se me deshacían y me quedaba descalza y me tuve que venir
·         Y ellos se repartieron el oro y a mí me dejaron pobre para contarlo
·         Y yo, después de tanto ver, me vine a mi casa, y ellos se quedaron muy contentos y felices
·         En fin, que ellos se disfrutaron muchos años y yo me vine aquí
·         Y a mí me enviaron aquí a que te lo contara a ti
·         Y yo estuve allí y de una patada me enviaron aquí
·         Y cuando yo marché de aquel pueblo todavía quedaban bailando
·         Y yo, al ver eso, me unté los zapatos con grasa y me vine corriendo para casa
·         Yo me vine y allí se quedaron / Y yo me vine y los dejé allí
·         Y yo me vine y no me dieron ni para un cigarrillo
·         Ya fueron ellos a su palacio, unos a un lado y otros a otro, y yo fui y no me dieron ni el mandao
·         Se acabó el cuento y yo fui a la muerte del amo, pero nada me dieron
·         Del frite que se comieron me tiraron con un hueso en el tobillo, que aguate me rompen un colmillo
·         Y yo me vine aquí y no vi más. Y yo me vine y los dejé, y no sé qué habrá sido de ellos
·         Y cuando estaban en lo más bonito del sueño, vino el día y los despertó
            Al volver de semejantes sitios, a veces no queda otra opción que poner tierra de por medio entre lo narrado y la realidad, de forma que todos (narrador y oyentes) puedan volver sin dejarse nada en ese más allá de los relatos:
·         Y fue cosa de cuento
·         Ellos allá y nosotros acá
·         Nuestros cuentos en Flandes
·         Y todo nuestro relato, mentira
·         Chistera, chistera, este cuento está fuera
·         ¿Qué hay en la plaza? Calabazas. Pues cada uno pá su casa. ¿Y qué hay dentro? Pipitas. Pues cada uno pá su casita
·         Y cada uno se fue a su casa
·         Y por un agujero entro y me salgo por otro. Y el que contó este cuento contará otro
·         Se acabó el cuento y se lo llevó el viento y se fue por el mar adentro
·         Y así pasaron muchos años hasta que este cuento se perdió entre castaños
·         Y este cuento se perdió; cuando lo vuelva a encontrar te lo volveré a contar
            Entonces, cuando el cuento nos estremece y sus palabras, a modo de varita de virtudes, consiguen que accedamos a mundos invisibles aunque posibles, el narrador aprovecha para pronunciar fórmulas de cierre que aspiran a ser conjuros mágicos:
·         Quien no quiera creer esta historia verdadera, que su cabeza se le vuelva de cera
·         Si es mentira, que se te vuelva todo un saco de harina; si es verdad, que se te vuelva saco de pan
·         Nuestros reyezuelos, hueso en la espalda
            Mención aparte merecen aquellos relatos que concluyen con un final rimado que hace referencia al propio desenlace del relato, no precisando entonces ninguna fórmula fija. Como ejemplos, remitimos a los siguientes textos de la colección de Aurelio Espinosa hijo (tomo II): 307 (Estas sí que son suegras), 314 (San Cristobalazos), 366 (El zurrón que cantaba) o 393 (El tío Monago de la Mata).
            Y, rompiendo uno de los viejos tópicos sobre el cuento popular, diremos que muy pocos de estos textos (menos del 1% de los analizados) acaban con una sentencia didáctica o moralizante, lo que refleja una cuestión ya explicada en otros estudios: que la utilización ejemplarizante de los cuentos de tradición oral se procesó al margen de la cadena espontánea y con fines absolutamente distintos a los que impulsaban a la gente sencilla a narrar estos cuentos. Es precisamente en los textos de tipo religioso donde encontramos estos finales que quieren, además, insistir en la veracidad de lo contado:
·         Porque están castigados por la mano de Dios
·         Y era que Dios ya le había perdonado
·         Y así pagó su delito
·         Quien todo lo quiere todo lo pierde
·         Mire usted qué milagro tan hermoso que hizo el Señor
            Una penúltima cuestión. Francisco Castro, excelente informante de la comarca del Campo de Gibraltar, aún cerrando siempre sus cuentos con una ración de “rabanillos tuertos”, en cierta ocasión añadió: “Para que no se olvide”. ¿Podría ser la fórmula de cierre una forma de conjurar el olvido, enemigo de la tradición oral y de nuestra propia historia personal? Los efectos que estos finales tengan en cada uno de nosotros nos darán pistas para respondernos.
            En fin, si todavía hay quienes insisten en buscar conexiones con la realidad, sin pensar que los cuentos cuentos son, los narradores también tienen un final para ellos:
·         Si ustedes no se lo creen, podemos ir a casa de los felices esposos que estarán todavía comiendo perdices
·         Esto pasó en Fuente el Césped, de donde era el tío Caspe
·         Se lo he oído contar a la abuela
·         Esto es verdad y no miento, y como me lo contaron te lo cuento
            Pues eso: como me lo contaron os lo cuento y me alejo de esta historia sin guardarme nada dentro.