lunes, 22 de julio de 2013

Complicidad.

Aún recuerdo el momento en que se abrió la puerta del vagón y apareciste, te sentaste junto a mi e inesperadamente nos encontrábamos viajando hacia la búsqueda de un mismo destino.
Tras recorrer varias estaciones la puerta del vagón se abrió y ella se sentó junto a nosotros, etérea, espiritual, imperceptible... recóndita... inusual... Bendita complicidad, ¿qué hubiese sido de aquel viaje sin ella?.
Y así los tres continuamos este largo y adverso viaje, colmado de buenos y peores momentos, de adversidades y de fatigas, de objetivos de que se van cumpliendo, pero con aquella seguridad que te reporta saber que puedes contar con alguien que viaja en tu mismo tren, en tu mismo vagón y en el asiento del al lado.

(por ROSA MARÍA FUENTES PATIÑO).

3 comentarios:

  1. Espero que no te importe, Rosa, que me haya tomado la libertad de poner tu relato como una entrada propia. como te dije, así se lee mejor, que en un comentario dentro de una entrada puede pasar desapercibido. de todas formas, os agradecería que me dijérais si os da la opción de publicar una entrada a vosotras, creo que sí, que aunque yo sea el "administrador" por haber creado el blog, en teoría todas a las que os "invité" a participar lo hice como "autoras", lo cual quiere decir que sí que podéis publicar entradas... Y ya dije... Libertad absoluta para publicar lo que se quiera!! Yo es que soy un poco friki y me ha dado ahora por los blogs y por eso estoy tan pejiga...

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  2. Como me va importar Javi.. todo lo que tú hagas está bien hecho.. gracias por haber creado este mágico blog... Un beso...

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    1. Uy, cómo se nota que todavía no me conoces del todo, jejeje... Gracias a vosotras!!

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